viernes, 3 de febrero de 2017

Columna 3 de Febrero Arturo Ceja Arellano


            Cada día cobra mayor fuerza la posible desaparición de la figura plurinominal en la política nacional, porque son ya dos partidos políticos los que proponen de manera decidida que esa figura desaparezca de la actividad por diversos factores, en lo que se refiere a diputados locales y federales. Nada se ha mencionado acerca de los Senadores y Regidores.


            Tanto el Partido Revolucionario Institucional, como el Acción Nacional, se disputan, uno en torno a las diputaciones locales y otro las que corresponden a la federación, en lo que sería su eliminación.


            Toman como punto de partida lo relativo a la economía, dada la difícil situación por la que se atraviesa en ese tenor, con lo que se reducirían –según ellos- enormemente el gasto por concepto de salarios, compensaciones y otros conceptos que les hace obtener jugosas ganancias.


            Sin embargo, según mi punto de vista, desde que surgió la figura plurinominal en la política se tuvo otro concepto, más negativo para ésta, con severos daños para la población, que es la que recibe absolutamente todos los azotes de los errores cometidos por nuestros políticos y/o gobernantes, porque tal figura, que no es otra cosa que una compensación para todos los institutos políticos, principalmente para la “chiquillada”. O sea, para quienes aspiran y suspiran por el triunfo electoral sin lograrlo. Y tales regidurías, diputaciones locales y federales, así como senadores, la logran quienes alcanzan determinado porcentaje en la votación.


            Y mire usted, obtienen tales posiciones plurinominales, principalmente “los y las amantes de”, los compadres, los hijos, hermanos de; o quienes la compran aportando determinada cantidad de dinero para la campaña política; por lo tanto mi amable lector y lectora, usted y yo jamás la obtendremos.


            Por eso es que llega “cada burro” a las regidurías, que se la pasan todo el trienio “rascándose las verijas” y “achatando la nalga” detrás del escritorio, sin proponer, sin trabajar, sin accionar; pero eso sí, se oponen absolutamente a todo, sin ponerse a meditar si con su dedo escondido o en lo alto perjudican al pueblo, porque la figura plurinominal equivocadamente ha sido considerada como “OPOSICIÓN”; lo que sin embargo, no quiere decir que necesariamente tengan que oponerse a todo.


            Da tristeza ver que algunos regidores de la multicitada figura asistan al Cabildo solamente para estar chateando en el WhatsApp, y a las pruebas me remito.


            Da tristeza por ejemplo, que a un individuo que no sabe ni “quién le pegó a Lucas” en materia política, le den una responsabilidad tan importante para la población, simple y sencillamente porque no es doctor, y que por ello tengan que instalar a un director de Salud que sí lo es, lo que también significa un gasto que bien se pudo evitar.


Y de esa forma es como la Política, como un arte, doctrina y opinión referente al gobierno del Estado y asuntos que interesen a los Estados y su modo de dirigirlos; y que un Político, como el que se ocupa de los asuntos del Estado, municipio y país, se transformen en la acción de politiquear, que no es otra cosa que hablar de cuestiones políticas sin capacidad para ello; aunque existen quienes ni siquiera esa capacidad poseen.


Y ya que estamos en eso, déjenme y les recuerdo que: Policastro, es aquel que politiquea; Politicón, es aquel exageradamente ceremonioso; y Politizar, el que da cátedra política. Ejemplos existen muchos, ya usted los recordará. Y también hay Politiqueros.


Pero para concluir, permítanme indicarles que: Política, “es el arte de comer caca y no hacerle gestos”.

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