domingo, 11 de agosto de 2013

¿Y el asunto de los límites?

Nada supimos, no nos enteramos si el Presidente de Jiquilpan, Paco Álvarez aceptó la propuesta de Pancho Bis y en qué papel quedaron los buenos oficios del diputado local José Eduardo Anaya.


Hasta donde llegamos a saber es que Pancho Sánchez Sánchez se había puesto derechito y había concluido que varios de los aspectos que le presenté aquí en la ocasión pasada había sido incluida , en algunos aspectos, que dejaban sin moverse cada uno de sus sitios, como en el caso de las “casitas” que son propiedad limítrofe de los Jiquilpenses y la Universidad de la Ciénega bajo la tutela del Municipio de Sahuayo, aunque por más que dicen que quiso estirarse el alcalde de Jiquilpan no pudo extenderse en sus límites jiquilpenses y ni su magia pudo allegarse como propiedad de la Tierra del General Cárdenas y de los Cárdenas.


Todo, absolutamente todo, ha sido platicado entre los alcaldes y el que se quedó colgado de la brocha fue el que inició y hasta llevó al pleno de la Comisión Correspondiente en el Congreso Local sus inquietudes, documentos, fotografías, cartas, mensajes, telegramas y hasta monitos de la infancia de distinguidos personajes que daban cuenta de lo que creían que eran los límites, es decir que la labor del Diputado Local José Eduardo Anaya Gómez, puso el dedo en la llaga y pues no fue valorado su papel dizque conciliador y lo que se logró fue revivir los enconos, los problemas y las diferencias fue el panista diputado local por el distrito de Jiquilpan, a quien ya no le han invitado a sus encuentros entre alcaldes y funcionarios.


Ya entrados en materia, y como prueba de lo que nunca debió suceder y enviar al pasado los malos entendidos se ha dado en las convivencias que tenemos los Sahuayenses y los Jiquilpenses, una vida de calma que durante años disfrutamos, pero ahora con el chisme de lavadero de que tal o cual parte es, ahora ha generado enfrentamientos en un lugar en donde se derrama alcohol como ríos, en donde se convive pero también al calor de los tragos los ánimos se encienden hasta llegar a las ofensas y los golpes y la pregunta es simple ¿Qué han ganado o ganaremos los habitantes de estos dos municipios que más temprano que tarde estaremos unidos por una barda de una casa? Yo le sumaría dos cuestiones más, ¿Qué fue lo que aportó la intervención desafortunada de José Eduardo Anaya al tratar de componer algo que inevitablemente quedó peor que antes?, ¿Qué ganaron los alcaldes Municipales de Jiquilpan y el de Sahuayo con un asunto que hubiese sido más fácil pedirle a los organismos del Gobierno Federal, que el INEGI, que el IFE, que el CIDE, hasta el CONALEP,  hubieran aportado mejores dinámicas en la delimitación de hasta dónde queda la demarcación del poderío tarasco de cada uno de ellos? Y ¿Se pusieron a pensar en la población, en los sentimientos de pertenencia de cada una de las gentes que siempre han vivido en cada uno de los lugares en donde han visto morir a sus gentes?


La verdad no lo creo, no siento que lo hayan hecho, ni los pares ni el diputado local, ¡Que falta de tacto político y que falta de tino para posicionarse, me imagino en el gusto meramente electoral del legislador panista!


A estas alturas ya se enojó alguien de los dos municipios y en lo que parece ser el territorio Jiquilpense, alguien le dio en la torre a los cantaritos, jarrones, frutas o sepa el autor qué eran pero ahora están destrozadas, la gente de Jiquilpan sigue yendo a comprar sus cosas a Sahuayo, los jóvenes, las amas de casa, los chavos siguen viniendo a convivir a Jiquilpan o a visitar a sus gentes y los chavos a ponerse “pedulces” al bosque de la “Jiquilpense” familia Cárdenas.


Los muertos de Jiquilpan son enterrados en el panteón de Jiquilpan, los de Sahuayo en Sahuayo, los niños que nacen en el Hospital Regional se registran como nacimientos en la localidad de Sahuayo y siendo esto un proceso administrativo bien pudiera solucionarse en el Sector Salud Federal o Estatal exigiendo que no por nacer en Sahuayo se acrediten los “enormes recursos” que por haber nacido en la “Tierra de los Tlahualiles” esos niños o niñas son de allá, sino que por necesidad del servicio sus madres los parieron allá.


Y tiene una lógica si así lo vemos, porque entonces al rato nos vamos a creer el cuento si se lo platicamos al Diputado de que vaya y les exija a Froylán, el alcalde de  Villamar que los niños y niñas que nacen en el IMSS Oportunidades de su municipio se anoten allá y nos deje sin esos números, por el solo hecho de haber parido sus madres en el IMSS.


No se trata de andar buscándole orejas a los que no quieren oír, ni tampoco patines a quienes a quienes no saben usarlos, no se trata de buscar líos en donde no los hay, se trata de que aceptemos que la misma población es la que delimita las acciones de los que nos (des)gobiernan y si nos vamos por el ejemplo a veces parece exagerado todo lo que habla Pancho Sánchez bis de la gran cantidad de obras que “va a realizar”, a veces se nota tan exagerado que ni se le cree pero pues así es pancho y nadie lo va a cambiar, por vía de mientras se hace lo que él dice y soluciona lo suyo, dijo “No hay bandas ni ruido después de la una de la mañana ni borrachos en las calles después de esa hora en las Fiestas del Patrón Santiago y… Así se hizo”.


En Jiquilpan el otro Pancho o Paco se ha aferrado a que Jiquilpan seguirá en “Su magia” y allí ya enfrenta los problemas de un recorte de recursos federales que le afectarán seriamente sus anhelos de obtener dinero fácilmente y hacer una sola obra, aunque incida  positivamente en la imagen urbana de la ciudad pero que si no hay dinero ya valió madres la Magia Jiquilpense, ya se nos está yendo la magia, sin embargo ya está con problemas que no se habían atendido: Su propio personal de funcionarios y empleados ahora le van a crear un serio conflicto porque quieren su base, quieren su lugar a como dé lugar, porque siendo invitados a trabajar en los proyectos de sus amigos ex alcaldes ahora quieren quedarse con la chamba, muy cómodo el camino, pero no olvidemos que Jiquilpan, al igual que Sahuayo tienen un gasto corriente mayúsculo que de cada 100 pesos pagan 90 de salarios y ¿Qué hacen con 10 pesos restantes de cada centena?, ¡¡Nada!!, Esos son problemas y serios, no los límites, porque al rato nos vamos a convertir en el ejemplo de Zamora-Jacona; Yuriria- Moroleón en Guanajuato, y Jiquilpan-Sahuayo, unidos tan solo por un camellón, pero unidos para trabajar y no andar poniéndole lentes a quien no ve.


En fin.


En vía de mientras y en aras de que haya alguna duda, ya en alguna ocasión le comenté de este asunto que no es necesario quebrarse la cabeza con varias opciones, allí está la Ley correspondiente a los límites y basta actualizarla para concluir en que estábamos a toda madre antes de que uno sujeto con iniciativa metiera las manos.


Aquí le dejó lo que en aquella ocasión escribí:


P.D. No escribo para ninguno de los periodistas y menos para un todólogo que ¡¡Ahh que bien chinga!!, que es todólogo en radio, prensa y televisión y los domingos vende mole y no me importa que trabaje en Cambio, pero que deje de joder o si quiere que me pregunte sus dudas, no que lo haga como en el mercado y en Presidencia de Jiquilpan, pensé que ya estaba “grandecito” Saluditos.

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