Ciudad de México a 29 de agosto
de 2018.
- Médicos especialistas del
Seguro Social señalan que la postmenopausia y depresión contribuyen al para
cardiaco, además de los factores de riesgo tradicionales.
- Dolor ardoroso o punzante
en el pecho, falta de aire y sudoración pueden ser síntomas de infarto en mujeres.
Las mujeres mayores de 55 años de edad, diabéticas, hipertensas, que fuman, que tuvieron
embarazo de alto riesgo con preclampsia o diabetes gestacional, tienen mayores
probabilidades de sufrir un ataque al corazón, advierten
cardiólogos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
La postmenopausia,
los cuadros de depresión y ataques de pánico que ocurren en esta etapa de la
vida, además de los factores de riesgo tradicionales, influyen para que las
mujeres sean más propensas a infartarse, explicó la doctora Karina Lupercio
Mora, de la Jefatura de División de Educación en Salud del Hospital de
Cardiología del Centro Médico Nacional Siglo XXI.
La cardióloga del Seguro Social
recomendó a las mujeres mayores de 55 años poner atención para reconocer los
síntomas de un infarto, como dolor ardoroso o punzante, falta de aire y
sudoración, para que de inmediato acudan a Urgencias y no arriesguen su vida.
Para atenderlas, el
Seguro Social cuenta con el protocolo especial Código Infarto en Urgencias de hospitales
Generales Regionales, de Zona y los Centros Médicos Nacionales en todo el país,
que consiste en brindar tratamientos farmacológicos de última generación y
terapia intervencionista en las salas de Hemodinamia.
Las enfermedades cardiovasculares
ocupan el primer lugar como causa de muerte en general, tanto a nivel nacional
como en el mundo.
Con Código Infarto en el IMSS se ha
reducido la mortalidad en más de 50 por ciento; mientras más rápida y oportuna
es la atención, más alto es el porcentaje de sobrevivencia.
Las pacientes reciben atención
personalizada de acuerdo con sus antecedentes, factores de riesgo y síntomas;
resultados de electrocardiograma y exámenes de laboratorio, como las enzimas
cardíacas. También se utilizan tecnologías como la angiotomografía de arterias
coronarias, para determinar si se trata de un evento isquémico.
La doctora Lupercio Mora dijo que
según el caso, se les puede brindar tratamiento trombolítico o fibrinolítico
para restaurar el flujo de un vaso arterial; realizar una angioplastía primaria
para abrir la arteria y colocar una pequeña malla o stent, para recuperar el
flujo sanguíneo y la función cardiaca.
Después del evento cardiaco, se deja
desinflamar el corazón alrededor de seis semanas, se enseña a las pacientes a
realizar ejercicio progresivo hasta retomar su vida normal y productiva;
además, reciben apoyo nutricional y metabólico para evitar el riesgo de un
evento similar.
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