Curas cínicos y libidinosos.

MARCIAL MACIEL… Y “CUANDO VEAS LAS BARBAS DE TU VECINO CORTAR…”

Es penoso, es triste para muchos, es vergonzoso para más y es una forma de regocijo para millones el hecho de que se borre de la historia ese ominoso capítulo de un acto de pedofilia y criminalidad como fue y lo es el caso de Marcial Maciel, “alias el padre”, como ahora se le evocará, ya no más el “padre Maciel”, ahora es un muerto sin valor para muchos, pero la lucha sigue y seguirá por el abuso de un “hombre de Dios”, que terminó sirviendo a los intereses de Satán con todo y los millones de los “millonarios de Cristo”

Pero Maciel no es sólo el caso de curas pedófilos, pederastas e hijos de la chingada que acaban con los anhelos de jóvenes que acuden a los monasterios para prepararse a una vida dedicada a Jesús, a Dios, a Cristo, sino que los destruyen de tal manera que no hay forma- a la fecha- de tratar de que lleven una vida normal.

Por esta región, muy cerquita de Jiquilpan de Juárez, hay un cura, un párroco, un “hombre de Dios” que ha sentido la influencia del deseo carnal y que puso en práctica sus calenturientas acciones contra una joven, pero como ella- por vergüenza- no por temor a este demoniaco personaje no quiso que la multitud, que el pueblo lo linchara y le cortara los webos, hizo lo más simple, lo más fácil, lo más decente para ella: Callar los hechos.

Obviamente que no estamos de acuerdo en que una víctima de un anciano párroco, cura, presbítero, vende estampitas, rabo verde, lujurioso y demás estupideces se salga con la suya y lo hace porque la víctima decide guardar silencio y eso no es justo no lo es por todos los lados que lo queramos ver, porque ese maldito cura se sale con la suya.

Pero, ¿Sin esos medios acusatorios de qué forma hacemos pagar a un ruco calenturiento que quiere tener sexo con la gente que se supone está para ayudarlo, para asistirlo en sus alimentos, en sus medicamentos y hasta en escuchar sus traumas y aparte de eso se la quiere coger en aras de que se le alborotó la hormona o simplemente quiso probar a ver si todavía era hombre y tenía una erección para VIOLAR, para VIOLENTAR a una joven mujer que estaba allí por ayudarlo?, ¡¡Qué poca madre de cura, de tipo!!

Tarde que temprano la gente sabrá de quién cabrones se trata, solamente agregaré que este sujeto tiene serios problemas de dinero con la grey católica de su espacio. Aparte de libidinoso, ¡¡Ladrón!!

Pero, ¿Sabe Usted qué es lo que más encabrona a la sociedad de estos curas calientes y libidinosos?, ¡¡Su cinismo!! Se sienten que como los quiere un chingo el señor Obispo o están palancas con el cardenal o que son amigos de ex presidentes municipales-que dudo que Juan Manuel Figueroa Ceja se sintiera orgulloso de tener en su mesa a un maldito pedófilo y violador, o Fausto Hernández o Francisco Mora comiendo en la misma mesa y siendo cómplices morales de las acciones de drenaje del cura del que no le he hablado.

Como sea, el daño está hecho: Una joven mujer está sufriendo una maldita psicosis originada por un hijo de la chingada que no supo o no ha sabido serle fiel a quien se lo prometió: a Jesús, a Cristo, a Dios; no es justo que hasta haya problemas entre la familia a causa de que el marido no quiso denunciar tampoco al ruco cura que ultrajó a esta joven mujer; hay una indignación que crece y que tarde o temprano, como alud, como bola de nieve le pegará en la madre al depravado cura, al conocidísimo cura de un muy cercano lugar del CENTRO DE LA CIUDAD DE JIQUILPAN.

A Dios no le dejan nada- los familiares- porque hasta la fe se pierde y esos delincuentes eso es lo que han cosechado con sus acciones: que los demás, que los católicos de siempre, ahora se vayan a otras religiones y cada día se quedan más solos, como perros sin dueño.

Yo me voy a la conseja popular: “Al cura que obra mal… se le pudre el tamal”, y a la chingada.

Ahora ya no podemos seguir el consejo de Jesús: ¡”Dejad que los niños vengan a Mí!”, si lo pidiera Cristo sería así, pero con estos curas que violan, que ultrajan, que se sienten intocables, ¡a la chingada!, ¡Sea pues!